domingo, 31 de marzo de 2013

Los otros Jesucristos.


La idea de un mesías, un redentor nacido de mujer pero enviado por Dios, es común a diferentes culturas. Nosotros, que vivimos en una sociedad moldeada por la fe cristiana, tendemos a pensar inmediatamente en Jesús de Nazaret, pero también hay figuras mesiánicas en el zoroastrismo persa, el budismo,los aztecas, las religiones tradicionales de China, el Islam y hasta entre los pieles rojas y los descendientes de esclavos africanos en América.



Los orígenes: de Zoroastro a Jesús

La idea mesiánica nace en el zoroastrismo, el antiguo culto dualista de los persas, en algún momento de la primera mitad del último milenio anterior a nuestra era. Para los persas, había dos principios opuestos en el mundo, el Bien (identificado con la Luz) y el Mal (la Oscuridad). En el fin del mundo, un enviado celeste, Saoshyans, hijo milagroso de Zoroastro, liderará a los Hijos de la Luz a la victoria sobre los Hijos de las Sombras, en el marco de una resurrección general de los muertos. Por primera vez, la idea de victoria sobre la muerte aparece asociada a un Fin de los Tiempos apocalíptico.

La palabra mesías proviene del hebreo, y significa "ungido", o sea elegido (su versión griega es christos). El concepto, bajo la influencia persa, comienza a tomar forma en el siglo VI A.C., en la época del cautiverio babilónico. La esperanza mesiánica nace de lo más hondo de la desesperación del pueblo judío (como puede notarse al leer el Libro de Isaías). El mesías, un rey descendiente de David, nacido en Belén, será enviado por Jehová para restaurar el reino perdido de Israel y servir de guía a toda la humanidad.

No todos los judíos interpretaban su aparición de la misma manera. A diferencia del pacífico mesianismo del Libro de Isaías, los esenios, integrantes de una secta que había sido influida por el zoroastrismo y que existió entre los siglos II A.C. y I D.C., creían que un Hijo de la Luz libraría a Israel del yugo del opresor de turno (los romanos) en una guerra sangrienta en la que morirían todos los gentiles, así como los judíos que no obedecieran los mandatos de Jehová tal como los expresaba la secta.

El Libro de Zacarías, redactado en una época más cercana a la de Jesús, ya habla de un profeta que se queda solo, y que por orden divina se ve obligado a ser un pastor indigno y sumergirse en la ignominia, haciéndose cargo de los pecados de todos por puro amor de Dios. Su fracaso y sacrificio prepara el camino al arrepentimiento general, en un terrible marco de ruina para Israel. Los primeros Padres de la Iglesia cristiana tomaron sus palabras como un anticipo del destino del pueblo judío tras rechazar a Jesucristo (las catastróficas guerras contra los romanos de los siglos I y II de nuestra era)).

La idea cristiana del mesías se aparta radicalmente del concepto judío: más que un rey que restablecería la (más añorada que real) gloria del reino de David, el mesías es un salvador que viene a dar a los creyentes la vida eterna (ver aquel célebre versículo del Evangelio de Juan, el 3:16 de los carteles en los eventos deportivos).

La idea mesiánica cristiana refleja un patrón psicológico universal: la creencia de que la trascendencia es inaccesible al ser humano por sí solo, y que es un don concedido por una fuerza sobrenatural. A riesgo de alejarse del tema central de este artículo, cabe señalar que diferentes cultos de Medio Oriente se conformaron alrededor de la creencia en un salvador que muere y resucita (tal vez por inspiración de los ciclos agrícolas anuales) y que, por medio de ciertas ceremonias, participa de su inmortalidad a los iniciados en sus misterios. Por ejemplo, los mitos de Osiris en Egipto, Atis en Asia Menor, Adonis en Fenicia o Mitra en Persia

El cristianismo nació en un ámbito (el Mediterráneo oriental en el siglo I de nuestra era) donde abundaban los cultos que creían en un salvador que se levantaba de la muerte. Tenía grandes ventajas sobre ellos: giraba alrededor de un hombre que tenía una existencia histórica (con lo que distaba de aparecer como la elucubración de un grupo de místicos) y se proclamaba el cumplimiento de una profecía que era conocida desde hacía siglos. El cristianismo terminó por relegar al olvido a la mayoría de los otros cultos salvacionistas, en algunos casos absorbiendo casi sin notarlo algunas de sus ideas.

La expectativa del Segundo Advenimiento de Jesús es más cercana al concepto judío de un mesías, ya que su aparición señala el Fin del Mundo.

El mesías islámico: el Mahdi

Mahdi (en árabe, "aquel que es guiado por la divinidad") es el restaurador de la fe para los musulmanes de rito sunnita, mayoritarios en todo el Islam salvo en Irak, Irán, Azerbaiyán y Líbano. Aparecerá en el final de los tiempos para restaurar la justicia en la tierra y la obediencia de todas las naciones a Alá. El Mahdi será precedido por Al-Dajjal, una especie de Anticristo islámico, que será derrotado por Jesús (a quien los musulmanes reverencian como uno de los principales profetas). Esta creencia no tiene base en el Corán, y es fácil notar sus raíces judías y cristianas.

Entre los musulmanes shiítas la creencia adopta una forma diferente. Una de sus ramas restringe los imanes (del árabe "líder") a Alí (yerno de Mahoma, casado con su hija Fátima), sus hijos Hassan y Husaín y nueve descendientes directos de este último. La doctrina de los Doce Imanes los presenta como intermediarios infalibles entre lo humano y lo divino. Como la presencia continua de los Imanes es imprescindible para la salvación, se considera que el último de ellos, Al-Mahdi, que permanece oculto desde el año 874, retornará en los últimos días como una figura mesiánica (nótese la similaridad con el concepto budista de los bodhisattvas y con la historia del profeta bíblico Elías, arrebatado a los cielos y que volverá cerca del fin).

Para los shiítas ismailíes, la línea de sucesión de los Imanes termina con Ismael, hijo de Jafar al-Sadiq.

El mesías budista: Maitreya

Maitreya, que espera en los cielos su nacimiento como el próximo Buda, es uno de los más importantes bodhisattvas (palabra sánscrita que puede traducirse como "seres esclarecidos"). En el budismo temprano, el término se usaba para referirse al Buda antes de que recibiera la iluminación suprema, y más generalmente, a cualquier ser destinado a esclarecer a los demás. El sendero espiritual de un bodhisattva es la enseñanza central del Budismo Mahayana (Gran Vehículo). Un ser se convierte en un bodhisattva al recibir la iluminación y despertar la mente del sueño de la existencia, y comprometerse a seguir ese camino por el bien de todos los seres vivientes. El bodhisattva no abandonará el ciclo de nacimientos y muertes (samsara) antes de que todos los seres sean salvados.

LOS MESÍAS HISTÓRICOS POSTERIORES A JESÚS

Teudas o Teodas

Según las fuentes (la "Guerra Judaica" de Flavio Josefo y los Hechos de los Apóstoles, 5:33-42) cuando Cuspio Fado era el procurador romano de Judea, hacia el 44-45 D.C., un fanático judío, Teodas, persuadió a un gran número de personas que, llevando consigo sus bienes, lo siguieran hasta el río Jordán. Afirmaba que era profeta y que a su orden se abrirían las aguas del río; esto es, intentaba invocar la presencia divina como, según el Libro del Éxodo, había hecho Moisés ante el Mar Rojo. Pero Fado envió una tropa a caballo mató a muchos e hizo prisioneros, entre ellos Teudas, a quien le cortaron la cabeza y la llevaron a Jerusalén.

"Un egipcio"

Según el Libro Segundo de la ya citada obra de Josefo, hacia los años 57-58 apareció en Jerusalén un judío egipcio que dijo ser un profeta, reunió 30 mil partidarios en el Monte de los Olivos y planeó entrar por la fuerza en Jerusalén. Pero el prefecto romano Félix se anticipó a sus intenciones y sus legiones dispersaron a la multitud, matando a varios conjurados y atrapando a otros. El líder del levantamiento pudo escapar; según los Hechos de los Apóstoles, cuando San Pablo fue detenido en el Templo, su captor pensó que era el egipcio fugitivo.

Los supuestos mesías durante la Guerra Judaica

La revuelta judía del 66-73 es, según Josefo, la mayor guerra de la que tuvo conocimiento la Antigüedad. Tal vez con algo de exageración, este historiador habla de un millón de muertos. Todo el odio contenido durante siglos salió a la luz. Por todo el Imperio se sucedieron las matanzas; judíos y gentiles se acuchillaban en las calles de Alejandría, Damasco y otras ciudades de Siria. Judea fue arrasada; miles de judíos tuvieron que exiliarse.

El origen de la revuelta fue la situación política, social y religiosa de Judea. La ocupación romana se había vuelto extremadamente impopular. Diversos grupos extremistas esperaban la llegada del líder anunciado por las profecías, que expulsaría al invasor y a sus colaboradores judíos y devolvería a Israel a la obediencia a Jehová.

Unos incidentes provocados por el incompetente prefecto Gesio Floro sirvieron para que los celotes, la secta más extremista de todas, llamara a la rebelión. Su líder Menahem se proclamó el Mesías, se apoderó de la fortaleza de Masada y tomó el control de Jerusalén. Los prisioneros romanos y centenares de judíos "sospechosos", entre ellos el Sumo Sacerdote, fueron asesinados.

Pero poco tiempo después los jefes del partido de los celotes comenzaron a pelear entre sí. Los partidarios del sacerdote Eleazar atacaron a los de Menahem, y con ayuda del pueblo dieron muerte a este falso mesías y sus seguidores. Aparecieron otros líderes mesiánicos, como Juan de Giscala y Simón Bar Giora. Mientras los judíos se masacraban entre sí, el general romano Tito, tras un sitio de varios meses, entró en Jerusalén a sangre y fuego en el 70. El Templo resultó destruido en un incendio. Juan de Giscala fue condenado a cadena perpetua. Simón Bar Giora fue llevado en triunfo a Roma por Tito; allí fue ejecutado.

Simon Bar Kokba, Kochba o Kokhba

Bar Kochba (del hebreo "Hijo de la Estrella"), a veces también llamado Simón el Príncipe de Israel, lideró una segunda revuelta contra el poder romano en el año 132, respondiendo a un intento del emperador Adriano de helenizar al judaísmo prohibiendo la circuncisión y consagrando el Monte del Templo a Júpiter Capitolino.

Es probable que Bar Kokba se haya proclamado el Mesías: el Talmud relata que así lo llamó el principal rabino de la época, Akiba Ben José. En todo caso, no mostró piedad alguna con los partidarios del Mesías de Nazaret: ordenó torturar hasta la muerte a los cristianos que no abjurasen de Jesucristo. Según el cronista Dion Casiano, los cristianos se habían negado a seguirlo.

Por todo el Mediterráneo, judíos y gentiles volvieron a masacrarse. En un principio Simón alcanzó a establecer un reino judío independiente, pero fue derrotado y muerto por las legiones de Julio Severo en 135. El emperador Adriano ordenó arrasar Jerusalén hasta los cimientos y prohibió bajo pena de muerte que los judíos se asentasen en su tierra. Ni más ni menos, ésta es la génesis del conflicto palestino - israelí de hoy en día.

La Emperatriz Wu Zhao

Wu, una concubina del Emperador Taizong, sedujo a su hijo, el Emperador Gaozong, se casó con él y dirigió el Imperio a través suyo. Cuando Gaozong murió en 683, ella primero gobernó a través de sus hijos, pero en 690 tomó el poder a sangre y fuego y se convirtió en la primer mujer en regir China en su propio nombre. Para establecer su legitimidad, dijo ser Maitreya, uno de los seres iluminados del budismo.

Ordenó la burocracia imperial. demostrando una gran capacidad administrativa, y expandió la influencia china hacia Corea y Tibet. Fue forzada a abdicar en 705 y murió al año siguiente. Toda su familia fue exterminada en 710.

Said ibn Husain

Husaín era un musulmán muy piadoso, que se proclamaba descendiente de la hija de Mahoma, Fátima, y que nació en la región noreste de Siria. Uno de sus seguidores marchó a Marruecos (año 893) e inspiró a los bereberes a rebelarse contra los monarcas Aglabíes, que eran partidarios del rito sunnita del Islam, y a proclamar a Said ibn Husaín como el Mahdi. Husaín tomó el nombre de Ubaidallah y estableció un califato opuesto al de Bagdad.

Desde su capital fortificada, Mahdia, Husaín y sus seguidores, los Fatimitas (descendientes de Fátima) dominaron pronto la mayor parte de África Noroccidental. Sus flotas comenzaron a asolar el oeste del Mediterráneo, y tras la muerte de Ubaidallah en 934, habían tomado Malta, Cerdeña, Córcega, las Baleares y, por unos años, algunos enclaves en el sur de Francia. Durante el reinado de su sucesor Moizz (953-75), los Fatimitas se adueñaron de Egipto, Palestina, Siria y Arabia Occidental. En 973, Moizz desplazó su capital a la flamante ciudad de El Cairo.

Hakim

Hakim (996-1021), el sexto califa Fatimita de Egipto, pronto se hizo notar por su crueldad. Pese a que su propia madre era una cristiana de Rusia, abandonó la tradicional política de tolerancia religiosa del Islam y comenzó a perseguir a judíos y cristianos. Llegó a ordenar el incendio del barrio judío de El Cairo, y en 1010 ordenó destruir la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. Prohibió el ajedrez, el vino, los burdeles, la música, el canto y que los zapateros fabricasen calzado para mujeres, porque se suponía que jamás debían salir de sus hogares. También ordenó exterminar a todos los perros.

Hacia 1016-1017 (año 408 de la Hégira), el líder religioso Cairo Hamza ibn Ali anunció en la mezquita de El Cairo que Al-Hakim era la encarnación de Alá. Esta proclamación sólo fue aceptada en Siria, donde aún hoy es abrazada por los drusos, una comunidad religiosa de Medio Oriente que preserva varios símbolos islámicos, junto con creencias gnósticas y neoplatónicas. La proclama de Hamza señala el comienzo del calendario druso.

Los drusos creen que Alá hizo su última apelación a la redención a los seres humanos en la persona de Al-Hakim, y que Alá, encarnado en Hakim, volverá para establecer la primacía de su fe.

En febrero de 1021, Hakim fue asesinado, aunque sus seguidores creen que desapareció misteriosamente. Entonces Hamza se proclamó la verdadera manifestación de la realidad divina de Hakim, y afirmó que "sus acciones, aunque a veces hubieran parecido crueles, estaban más allá de la comprensión [humana] y su simbolismo creador era conocido solamente por Hamza como imán". Sus cartas pastorales forman las escrituras drusas, el Kitab al-hikma, o Rasail al-Hakim.

Ibn Tumart

Ibn Tumart fue un devoto musulmán bereber que nació hacia 1080. Fue a España y Medio Oriente en su juventud y retornó convencido de que era el Mahdi y que estaba destinado a reformar el Islam. Era rigorista en materia de doctrina y moral. Creía en la unidad de Alá y rechazó fervientemente la visión antropomorfista de la deidad. Se volvió un fanático y terminó predicando la Guerra Santa (Jihad) contra los musulmanes que se le oponían. Fue el fundador de la dinastía de los Almohades. Murió en 1130. Sus sucesores controlaron un imperio que incluía el sur de España y África del Norte desde Marruecos hasta los límites occidentales de Egipto.

Sabbatai Zevi o Shabbatai Zvi

Fue un místico judío, fundador de la secta sabatea, nacido en 1626. Luego de un período de estudio de la Cábala y de las obras de Isaac Luria, comenzó a verse fuertemente influido por las ideas de una inminente redención nacional. En 1648 se proclamó el Mesías, afirmó que el año 1666 era el año del Milenio y reunió una gran cantidad de seguidores. Las nuevas de su proclamación estremecieron a la diáspora judía desde las Indias Occidentales hasta Persia.

En 1666 intentó desembarcar en Constantinopla, donde fue capturado, y para escapar a la pena capital se convirtió al Islam. Murió diez años después, hundiendo en el descrédito la creencia mesiánica en el seno del judaísmo.

Hung Hsiu-ch'uan o Hong Xiuquan

La Rebelión Taiping fue una revolución popular con raíces religiosas, sociales y económicas. Su líder, Hung Hsiu-ch'uan, no había sido admitido en el servicio civil imperial y había estudiado, sin éxito, en una misión protestante norteamericana. Comenzó a presentarse como el hermano menor de Jesucristo, que obedecía una orden divina de expulsar de China a los monarcas manchúes y fundar una dinastía cristiana, Taiping ("paz grande").

Los Taipìng rompieron con el confucianismo y con muchas tradiciones chinas. Hung abolió la propiedad privada, redistribuyó las tierras, alivió las cargas impositivas a los pobres, liberó a las mujeres de la oprobiosa práctica del vendaje de sus pies y abolió el uso obligatorio de la coleta, emblema de la servidumbre a los manchúes. También denunció el opio, el tabaco, el alcohol, la inmoralidad sexual, el juego y la corrupción. Sus reformas atrajeron a multitudes de campesinos miserables, y llegó a formar un ejército de un millón de hombres.

La revuelta estalló en 1851 en la provincia meridional de Guangxi. Para 1853 los Taiping habían progresado hacia el norte y establecieron su capital en Nanjing. Pronto los imperios europeos aprovecharon la crisis para obtener concesiones de un desesperado gobierno chino. Los británicos y los franceses tomaron Cantón en 1856 y Beijing en 1860, donde incendiaron el Palacio de Verano del Emperador. Los Tratados de Tienstin y Aigun abrieron varios puertos chinos a los intereses comerciales de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos y cedieron a Rusia la ribera norte del Río Amur.

Hacia 1860 los Taiping estuvieron cerca de tomar Beijing, y estaban firmemente establecidos en el valle del Yangtze y amenazaban Shanghai. Entonces las potencias occidentales, que al principio simpatizaron con el movimiento al verlo como un medio de debilitar al Celeste Imperio, comenzaron a pensar que al colapso de la dinastía Ch'ing seguiría el del comercio exterior, y decidieron intervenir.

Los Taiping, debilitados por errores estratégicos y agudas divisiones internas, comenzaron a perder terreno ante las fuerzas imperiales dirigidas por el aventurero norteamericano Frederick Townsend Ward (quien a su vez había participado de la infame invasión de William Walker a Nicaragua). Tras la muerte de Ward en 1862, Zeng Kuofan y el general británico Charles G. Gordon (quien posteriormente moriría combatiendo al Mahdi en Sudán) y su "Ejército Siempre Victorioso" tomaron Soochow en 1863 y saquearon Nanjing, donde ninguno de sus cuarenta mil defensores se rindió: todos fueron asesinados. Hung Hsiu-chuan se envenenó. La rebelión terminó con la masacre de cerca de 100 mil rebeldes entre el 19 y el 21 de julio de 1864.

Tras aplastar a los Taiping, los Manchúes pasaron a cuchillo a todos los hombres, mujeres y niños llamados Hung; muchos lograron huir o cambiaron sus nombres. Un siglo después, en la pequeña villa de 300 familias donde el clan Hung vivió, había 286 personas apellidadas Hung.

Fue la peor guerra civil de la historia: el historiador Mike Davis calcula que murieron entre 20 y 30 millones de personas, más que en toda la Primera Guerra Mundial.

Cyrus Read Teed

Nació en 1839 en el estado de Nueva York. Antiguo integrante de los cuerpos médicos del ejército norteamericano, se proclamó en 1870 el "séptimo mensajero de Dios" y adoptó el nombre de "Koresh". Teed afirmó que un ángel con aspecto de bella mujer lo había visitado, dándole una nueva conciencia espiritual. Ahora era el Mesías reencarnado, y su misión consistía en reunir a los 144 mil creyentes que con él esperarían confiados el Juicio Final. Decía que podía interpretar el significado de los símbolos de la Biblia en la Era de la Ciencia, y una de las revelaciones que recibió fue la verdadera naturaleza del Universo: la Tierra es la superficie interior de una esfera rocosa infinita (la cosmología celular que se esboza en Isaías 40:12). En 1878 el Dr. Teed fue admitido en una comunidad cuáquera de Lebanon, Nueva York, para luego, en 1894, establecer su propio grupo comunal (la "Nueva Jerusalén") en Estero, Florida. La comunidad comenzó fragmentarse tras la muerte de su líder en 1908, y su último seguidor, Hedwig Michel, murió en 1982.

Mohammed Ahmed

Nació en 1844 en Dongola, al norte de Sudán. Fue un estudioso de la religión desde su juventud, y en 1881 proclamó que su misión era purificar el Islam y derrocar a los gobiernos que lo habían desafiado. Encabezó una exitosa rebelión contra los egipcios y en 1882 comenzó a ser conocido como el Mahdi. Estableció su capital en El Obeid en 1883, y tras aniquilar un ejército angloegipcio mandado por William Hicks, tomó Jartum en 1885 (en ese combate falleció el general británico Gordon, conocido por su participación en la represión de la Rebelión Taiping en China).

Ahmed murió pronto. Su reforma del Islam incluía la prohibición del peregrinaje a La Meca y su sustitución por la obligación de servir en la guerra santa contra los infieles. Sus seguidores peregrinaban a su tumba en Ondurmán. En 1898, otro ejército angloegipcio, mandado por Lord Kitchener, masacró a miles de Mahdistas en la propia Ondurmán y dio al Imperio Británico el control de Sudán.

Wovoka

Nació hacia 1854 en el seno de un pueblo aborigen de los Estados Unidos. Su padre, un místico, murió cuando Wovoka era adolescente y entonces tuvo que ir a trabajar con una familia blanca, los Wilson; se lo conocía como Jack Wilson. El Día de Año Nuevo de 1889, durante un eclipse, tuvo una visión y comenzó a proclamarse como el mesías que liberaría a los nativos americanos de la opresión de los blancos. Para ello, los creyentes debían vivir en armonía con sus tradiciones y bailar la Danza Fantasma. Su doctrina era una mixtura de creencias nativas y cristianas, se inspiraba en un movimiento similar que había surgido casi 20 años antes, y abjuraba de la violencia.

Su mensaje se extendió rápidamente entre las tribus de las planicies y del noroeste norteamericano. El pueblo sioux abrazó fervientemente el nuevo culto y se levantó contra el gobierno de Benjamin Harrison; la rebelión culminó con la muerte del cacique Toro Sentado y la masacre de Wounded Knee. El culto de la Danza Fantasma comenzó a perder atractivo a los ojos de los aborígenes; Wovoka entonces comenzó a moderar su mensaje y a aconsejar a sus seguidores a adaptarse al imperio de los "carapálidas". Pasó sus últimos días en una reservación, en Nevada, y murió en 1932.

Mirza Ghulam Ahmad

El movimiento mesiánico Ahmadiyya fue fundado en 1899 por Mirza Ghulam Ahmad (1839-1908). Su obra Barahin-i Ahmadiyya, comenzada a publicar en 1880, pronto fue popular en la comunidad islámica de India. En 1889, Ahmad anunció que había recibido una revelación divina, y dos años después se proclamó el Mahdi. Su doctrina, que incluía elementos indios, sufíes, mahometanos y occidentales, intentó revitalizar el Islam frente al avance del Raj británico, el protestantismo y el hinduísmo resurgente.

Después de su muerte, sus seguidores eligieron a Mawlana Nur ad-Din como su sucesor. Nur ad-Din falleció en 1914, y entonces la comunidad se dividió en dos ramas. La mayoría reconoció a Ahmad como profeta o nabí, y se considera la única y verdadera manifestación del Islam. El hijo de Ahmad, Hadhrat Mirza Bashir ad-Din Mahmud Ahmad (1889-1965), fue elegido como Khalifatul-Masih (califa del mesías). Los Ahmaddiya fijaron su sede en 1947 en la ciudad de Rabwah (Pakistán) que ellos mismos fundaron. Los siguientes líderes fueron elegidos entre los descendientes de Ghulam Ahmad.

La otra rama, el Movimiento Ahmadiyya de Lahore, no rompió con el Islam. Reconoce a Ghulam Ahmad como un reformador (mujaddid).

Ambas vertientes desarrollan actividades misioneras en Nigeria, Kenya, Indonesia y el subcontinente indio. Pero dado que el Islam ortodoxo jamás aceptó las doctrinas de Ghulam Ahmad, sus ideas debieron enfrentar la hostilidad activa del gobierno paquistaní, que los ha declarado apóstatas de la fe de Mahoma y envió al exilio al cuarto Khalifatul-Masih.

Jiddu Krishnamurti

Krishnamurti (1895-1986) fue un líder religioso indio cuyo mensaje se centró en la importancia del autoconocimiento. En 1909, Annie Besant (una teósofa y reformadora social inglesa) lo descubrió y lo proclamó una encarnación de Maitreya, el Buda mesiánico. En medio de una gira de predicación por Estados Unidos y Gran Bretaña, Krishnamurti repudió esa proclamación en 1929 y disolvió la Orden Mundial de la Estrella, la organización religiosa que había fundado en 1911.

Krishnamurti retuvo algunas conexiones con el movimento teosófico, y continuó escribiendo y dando conferencias. Terminó por establecerse en 1969 en Ojai, California, desde donde dirigió la Fundación Krishnamurti.

Haile Selassie

A mediados del siglo XVIII, los esclavos negros convertidos al cristianismo en las trece colonias británicas de América del Norte comenzaron a leer, en las referencias bíblicas a Etiopía, una vindicación de la dignidad de la raza. Ya entrado el siglo XIX, algunos pastores negros empezaron a enseñar a sus congregaciones a creer que la redención de los pueblos africanos estaba ligada a la venida de un mesías negro. El primer ejemplo de esa idea data de 1829, y es "El Manifiesto Etíope", de Robert Alexander Young, un predicador esclavo.

La nueva creencia había comenzado a expandirse por el Caribe, y hacia 1880, varias iglesias herederas de ese movimiento comenzaron a extenderse también por África Central y Meridional.

Por esa misma época, los afroamericanos comenzaron a identificar al antiguo Imperio de Abisinia (hoy Etiopía) con una Sión negra. Cuando las fuerzas de Menelik III derrotaron una invasión italiana en 1896, el estatus simbólico de Abisinia como bastión de la raza negra adquirió alturas míticas.

A comienzos del siglo XX, el predicador jamaiquino Marcus Garvey fundó el mayor movimiento de masas negro, con seguidores en las islas del Caribe y América Central y del Norte.

Para orgullo de los afroamericanos, en noviembre de 1930 el Ras Taffari fue entronizado como Su Majestad Imperial, Emperador Haile Selassie I, Rey de Reyes, Señor de Señores y León Conquistador de la Tribu de Judá. La noticia de un monarca negro que se proclamaba descendiente del Rey Salomón y de la Reina de Saba estimuló las esperanzas de una generación entera de afroamericanos, engrandecidas aún más por la resistencia a la segunda invasión italiana y a la ocupación de 1935 a 1942.

Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial apareció el movimiento rastafari, que identificó a Haile Selassie como el mesías prometido a los negros. Entre sus creencias están el rechazo a la violencia, el vegetarianismo (hay grupos que no son vegetarianos, pero rechazan el consumo de carne de cerdo y alcohol), la inferioridad de la mujer y el uso ritual de la marihuana como ayuda a la meditación. Algunos rastafaris también repudian la homosexualidad, el aborto, el empleo de anticonceptivos y la medicina moderna. El principal embajador del rastafarianismo es la música reggae de Jamaica.

El culto sobrevivió a la muerte de Haile Selassie en 1975, tras haber sido derrocado por un golpe de estado prosovietico el año anterior.


Estoy seguro de que fenómenos como los relatados precedentemente van mucho mas halla de la simple explicación arquetípica y que detrás del fenómeno religioso se esconden otros factores que aun desconocemos.En artículos sucesivos profundizaremos mas en las distintas religiones que han "dominado" a la humanidad y en sus protagonistas.Sobre el particular remito al lector a un post previo http://cronicasdelgrantiempo.blogspot.com.ar/2013/01/jesus-ac.html

FUENTES: http://jorgeamarante.obolog.com/otros-mesias-no-jesus-mesias-578873
                    National Geographic Channel.


Archer
                  

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